Helena soñó que se dejaba los sueños olvidados en una isla.
Claribel Alegría recogía los sueños, los ataba con una cinta y los guardaba bien guardados. Pero los niños de la casa descubrían el escondite y querían ponerse los sueños de Helena, y Claribel, enojada, les decía:
_Eso no se toca.
Entonces Claribel llamaba a Helena por teléfono y le preguntaba:
_¿Qué hago con tus sueños?
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