sábado, 15 de enero de 2011

Cita de Alicia en el País de las Maravillas


-¡Ah! En ese caso no vas en realidad a una buena escuela- dijo la Falsa Tortuga en tono de alivio-. En nuestra escuela había clases especiales de francés, música y lavado.

-No sé para qué le servían- observó Alicia-, viviendo en el fondo del mar.

-Yo no tuve ocasión de aprender eso- dijo la Falsa Tortuga con un suspiro- . Sólo asistía a las clases comunes.

-¿Y cuáles eran ésas?- preguntó Alicia, interesada.

-Nos enseñaban a beber y a escupir, naturalmente. Y también las diversas materias de aritmética: a saber, fumar, reptar, feificar y, sobre todo, la dimisión.

-Jamás oí la palabra "feificar"- respondió Alicia.

Sorprendido, el Grifo se alzó sobre dos patas.

-¡Cómo! ¿Nunca aprendiste a feificar? Al menos sabrás lo que significa "embellecer".

-Pues... eso sí; quiere decir algo más bello de lo que es.

-Entonces- respondió el Grifo con tono triunfal-, si no sabes lo que quiere decir "feificar", es que eres completamente tonta.

Con este comentario le cerró la boca a Alicia, que ya no se atrevió a seguir preguntando lo que significaban las cosas y dijo a la Flasa Tortuga:

-¿Y qué otras cosas aprendías en esa escuela?

-Aprendía Histeria, histeria antigua y moderna. También Mareografía y Bidujo. El profesor era un congrio que venía a darnos clases una vez por semana y que nos enseñó eso, más otras cosas como la Tintura al bóleo.

-¿Y qué es eso?- preguntó Alicia.

-Ahora no puedo hacerte una demostración, ya que estoy en muy mala forma- respondió la Falsa Tortuga-. Y el Grifo, como él mismo podrá decirte, nunca aprendió a tintar al bóleo.

-Yo nunca tenía tiempo suficiente- se excusó el Grifo-. Pero sí que iba a las clases de Letras. Y teníamos un maestro que era un gran maestro, un viejo cangrejo.

-Nunca fui a sus clases- dijo la Flasa Tortuga lloriqueando-, dicen que enseñaba patín y riego.


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