domingo, 3 de junio de 2012

Himno Homérico V - A Afrodita







Traducción (tan literal como posible y tan libre como necesario) y texto griego a continuación:

Cuéntame, Musa, las obras de la muy áurea Afrodita
Cipria que a los dioses suscita dulce deseo 
y somete las tribus de los mortales hombres,
y a las aves que vuelan el cielo y a todas las bestias,
cuantas, las más, cría la tierra y cuantas el mar.                                                                           5

A todos han interesado las obras de Citerea, de bella corona,
pero a tres no puede persuadir el corazón ni engañar.
A la hija de Zeus que tiene la égida, Atenea de ojos glaucos,
pues no le agradan las obras de la muy áurea Afrodita,
sino que le agradan las guerras y la labor de Ares:                                                                    10
luchas, combates y ocuparse de brillantes obras.
Fue la primera que enseñó a los artesanos varones que habitan la tierra
a hacer carretas y carros adornados con bronce;
Y a las doncellas de delicado cuerpo en sus habitaciones
enseñó brillantes obras que puso a cada una en su mente.

Tampoco a Ártemis de doradas flechas, resonante,                                                                    15
somete en amor Alfrodita, amante de la risa;
pues a ella agradan los arcos y matar fieras en los montes,
las liras, los coros, y penetrantes gritos rituales,
los sombríos bosques y una ciudad de varones justos.

Tampoco agradan las obras de Afrodita a la agradable muchacha                                          20
Hestía, a quien Crono, de mente tortuosa, dio a luz primera
y a la vez la más joven por voluntad de Zeus que tiene la égida,
augusta, en quien se interesaron Poseidón y Apolo;
ella no quería especialmente y con firmeza los rechazó,
y prestó gran juramento que se ha cumplido,                                                                            25
tocando la cabeza del padre Zeus que tiene la égida:
ser todos los días virgen, divina entre las diosas.
Y el padre Zeus le dio hermosa recompensa en lugar del matrimonio,
y la sentó en medio del hogar para que tomara la grasa
En todos los templos de los dioses es dueña de honra                                                                30
y entre todos los mortales es tenida como la más venerable de los dioses.

No puede persuadir ni engañar el corazón de ellas;
pero ninguno de los otros ha escapado a Afrodita
ni de los bieanveturados dioses ni de los mortales hombres.
Incluso sedujo la mente de Zeus que se complace en el rayo,                                                   35
que es el más grande y a quien ha tocado la mayor honra.
También de éste, cuando quiso, tras engañar su prudente corazón
fácilmente lo mezcló con mortales mujeres,
habiendo conseguido que se olvidara de Hera, su hermana y esposa,                                     40
que por mucho es la mejor en aspecto entre las inmortales diosas.
A ella, la más gloriosa, la engendró Crono, de mente tortuosa
y la madre Rea. Y Zeus, conocedor de designios imperecederos,
la hizo su venerable esposa, conocedora de lo honesto.

A aquélla [Afrodita] también Zeus le infundió un dulce deseo en el alma:                               45
mezclarse con un varón mortal, para que al punto
ni siquiera ella estuviera alejada del lecho mortal,
y tras gloriarse entre todos los dioses
y habiendo reído dulcemente, la amante de la risa Afrodita dijera
que a los dioses unió con mortales mujeres                                                                                 50
y engendraron mortales hijos para los inmortales
y que a diosas unió con mortales hombres.

Infundió, pues, dulce deseo en el alma de Aquises,
que una vez apacentaba vacas en los elevados montes del Ida,
de muchas fuentes, parecido en figura a los inmortales.                                                           55
Entonces, al verlo Afrodita, amante de la sonrisa, de él
 se enamoró y el deseo dominó sus entrañas terriblemente.
Después de ir a Chipre, entró al perfumado templo,
a Pafos; allí tenía un bosque y un perfumado altar.                                                                   60
Al entrar allí cerró las resplandecientes puertas,
allí las Cárites, tras lavarla, la ungieron con aceite
inmortal, que luce más sobre los dioses siempre existentes,
divino, dulce, que para ella estaba perfumado.
Bien cubierta por toda su piel con hermosos vestidos,                                                                65
adornada con oro, la amante de la risa, Afrodita
se lanzaba sobre Troya luego de dejar la aromática Chipre,
recorriendo el camino por lo alto, entre las nubes.
Llegó a Ida, de muchas fuentes, madre de fieras,
y fue de inmediato al establo a través del monte; detrás de ella                                                70
ban grises lobos moviendo la cosa, leones de birllante mirada,
osos y veloces leopardos, insaciables de ciervos.
Ella, al contemplarlos, alegraba el ánimo en su interior
y les infundió deseo en el pecho y todos a la vez
en parejas se acostaron en las sombrías grutas.                                                                         75
Y legó a las cabañas bien construidas;
encontró en los establosal héroe Anquises, que tenía la belleza de los dioses, 
habiéndose quedado solo sin los otros,
aquéllos se hallaban todos junto a las vacas en los herbosos prados,
pero él, tras quedarse en los establos solo
se paseaba aquí y allá tocando la cítara.                                                                                    80

Se detuvo ante él la hija de Zeus, Afrodita
igual a una doncella virgen en tamaño e imagen,
para que no se horrorizara al contemplarla con sus ojos.
Anquises, al verla, meditaba y admiraba
su figura y su tamaño y sus relucientes vestidos.                                                                      85
Pues se había puesto una túnica más brillante que el resplandor del fuego,
tenía retorcidos brazaletes y botones resplandecientes,
y alrededor de su tierno cuello había bellísimos collares,
bellos, dorados, multicolores; brillaba como una luna
en torno a su tierno pecho, maravilla de ver.                                                                            90

A Anquises lo tomó el deseo y, vuelto hacia ella le dijo una palabra:
"Salud, reina, quien seas entre las bienaventuradas que llegas a estas moradas,
Ártemis, Leto o la dorada Afrodita,
o Temis bien nacida, o Atenea de ojos glaucos,
tal vez viniste siendo una de las Cárites, que acompañan                                                       95
a todos los dioses y son llamadas inmortales,
o una de las ninfas que ocupan bellos bosques,
o de las ninfas que habitan este bello monte
y corrientes de ríos, y herbosas praderas.
A ti en un sitio elevado, lugar por todas partes visible,                                                          100
te haré un altar y te ofreceré bellos sacrificios
en todas las estaciones. Y tú, con buen ánimo,
concédeme ser un varón distinguido entre los troyanos,
haz de ahora en adelante floreciente mi descendencia, y que yo mismo
viva bien mucho tiempo y vea la luz del sol,                                                                          105
feliz entre los hombres, y alcance el umbral de la vejez."

Le respondió entonces la hija de Zeus, Afrodita:
"Anquises, el más glorioso de los hombres nacidos de la tierra.
no soy dios alguno, ¿por qué me comparas con las inmortales?
sino que soy mortal y una mujer me engendró como madre.                                              110
Otreo es mi padre, de ilustre nombre, si acaso lo escuchas,
que reina sobre toda Frigia bien amurallada.
Conozco claramente nuestra lengua y la vuestra.
Pues, una nodriza troyana mi cuidaba en el palacio,
se ocupaba de mí cuando era una pequeña niña, tras tomarme de mi madre.                  115
Así conozco bien también vuestra lengua.
Ahora me tomó el Argifonte de áurea varita
de un coro de Ártemis de dorada flecha, ruidosa.
Muchas ninfas y doncellas muy cortejadas
jugábamos y alrededor de nosotras una enorme multitud nos coronaba.                         120
De allí me raptó el Argifonte de áurea varita
y me condujo sobre muchas obras de mortales hombres
y mucho terreno sin dueño y sin labrar por donde andan
las fieras carnívoras a lo largo de sombrías grutas.
Y no creía poder tocar la tierra criadora de vida con los pies.                                             125
Me decía que junto a los lechos de Anquises sería llamada
legítima esposa y daría a luz para ti ilustres hijos.
Y luego de mostrarme y anunciarme, de nuevo
volvió junto a las familias de inmortales el poderoso Argifonte;
y yo llegué hacia ti, pues hay en mí fuerte necesidad.                                                        130
Pero por Zeus te suplico y por tus padres
nobles; pues no malos te habrían dado a luz tal y cual eres,
llevándome no poseída e inexperta en amor,
muéstrame a tu padre y a tu madre conocedora de lo honesto
y a tus hermanos, nacidos de igual origen.                                                                          135
No seré para ellos una nuera inconveniente, sino adecuada.
Manda pronto un mensajero a los frigios de rápidos corceles
para que hablen a mi padre y a mi madre que está afligida;
ellos te enviarán oro en abundancia y vestidos tejidos para ti;
y tú recibe muchas espléndidas recompensas.                                                                     140
Después de hacer esto, celebra la boda anhelada.
honrosa para los hombres y para los inmortales dioses."

Tras hablar así, la diosa infundió un dulce deseo en su alma.
A Anquises lo tomó el deseo y decía una palabra y la nombraba:
"Si eres mortal y una mujer te engendró como madre,
y Otreo es tu padre, de ilustre nombre, como pregonas.                                                    145
y llegaste aquí a causa del inmortal conductor,
Hermes, serás llamada mi esposa todos los días;
y entonces ninguno de los dioses ni de los mortales hombres
me detendrá allí, antes de unirme contigo en amor
ahora mismo, ni siquiera si el que hiere de lejos, el propio Apolo,                                    150
arrojara desde su arco de plata gimientes flechas.
Quisiera entonces mujer, parecida a las diosas,
luego de subir a tu lecho, hundirme en la morada de Hades."

Así habló y tomó su mano; y la amante de la risa Afrodita
se movía lentamente, vuelta hacia atrás, bajando sus bellos ojos                                      155
hacia el bien tapizado lecho, que era antes para el soberano,
cubierto con suaves colchas, y encima
tendían pieles de osos y de leones de ronca voz,
a los que él mismo mató en los elevados montes.
Después de que subieron al bien construido lecho,                                                            160
primero le quitó el adorno de la piel reluciente,
broches, torneados brazaletes, botones y collares.
Le desató el cinturón, la desnudó de los resplandecientes
vestidos y los ubicó Anquises sobre un trono de argénteos clavos,
entonces él, por voluntad de los dioses y por el destino,                                                    165
se acostó, mortal, con inmortal diosa, sin saberlo claramente.

Cuando de regreso al establo desvían los pastores 
a las vacas y a las robustas ovejas desde los floridos prados,
entonces sobre Anquises caía un dulce sueño
suave, y ella vistió su propio cuerpo con hermosos vestidos.                                             170
Tras ponerse bien todo sobre su cuerpo, divina entre las diosas,
se paró en la cabaña, y el lecho bien construido
alcanzaba su cabeza. Brillaba en sus mejillas hermosura
inmortal, como es la de la bien coronada Citerea;
del sueño lo despertaba, le decía palabra y lo nombraba:                                                175
"Levántate, Dardánida, ¿por qué ahora duermes pesado sueño?
y dime si yo te parezco ser tal
como primero me percibiste con tus ojos."

Así decía y él, desde el sueño, enseguida la escuchó.
Cuando vio el cuello y los ojos hermosos de Afrodita,                                                      180
se turbó y desviando los ojos los giró hacia otro lado,
a la vez con la manta se cubrió el bello rostro
y suplicándole le dirigió aladas palabras:
"En el instante en que por primera vez, diosa, te vi con mis ojos,
conocí que eras una diosa, pero tú no me hablaste sinceramente.                                  185
Pero te suplico, por Zeus que tiene la égida,
no permitas que yo, viviendo desanimado entre los hombres,
habite, sino compadécete, ya que no llega a ser varón de vida floreciente
quien se acuesta con inmortales diosas.

Le respondió entonces la hija de Zeus, Afrodita:                                                             190
"Anquises, el más glorioso entre los mortales hombres,
toma coraje y en nada te alarmes demasiado en tu corazón;
pues no tienes temor alguno que sufrir de mi parte
ni de los otros bien aventurados, ya que eres querido para los dioses.
Tendrás un querido hijo que reinará entre los troyanos                                                 195
e hijos para los hijos que continuamente han de nacer.
Tendrá por nombre Eneas, puesto que un terrible 
dolor me poseyó, porque caí en el lecho de mortal varón.
Muy cercanos a los dioses entre los mortales hombres 
son los de vuestro linaje en imagen y naturaleza."

[... - El himno tiene en total 290 versos]

Εἲς Ἀφροδίτην


τρισσὰς δ᾽ οὐ δύναται πεπιθεῖν φρένας οὐδ᾽ ἀπατῆσαι:
κούρην τ᾽ αἰγιόχοιο Διόςγλαυκῶπιν Ἀθήνην:
οὐ γὰρ οἱ εὔαδεν ἔργα πολυχρύσου Ἀφροδίτης,
10ἀλλ᾽ ἄρα οἱ πόλεμοί τε ἅδον καὶ ἔργον Ἄρηος
ὑσμῖναί τε μάχαι τε καὶ ἀγλαὰ ἔργ᾽ ἀλεγύνειν.
πρώτη τέκτονας ἄνδρας ἐπιχθονίους ἐδίδαξε
ποιῆσαι σατίνας τε καὶ ἅρματα ποικίλα χαλκῷ.
 δέ τε παρθενικὰς ἁπαλόχροας ἐν μεγάροισιν
15ἀγλαὰ ἔργ᾽ ἐδίδαξεν ἐπὶ φρεσὶ θεῖσα ἑκάστῃ.
οὐδέ ποτ᾽ Ἀρτέμιδα χρυσηλάκατονκελαδεινὴν
δάμναται ἐν φιλότητι φιλομμειδὴς Ἀφροδίτη.
καὶ γὰρ τῇ ἅδε τόξα καὶ οὔρεσι θῆρας ἐναίρειν,
φόρμιγγές τε χοροί τε διαπρύσιοί τ᾽ ὀλολυγαὶ
20ἄλσεά τε σκιόεντα δικαίων τε πτόλις ἀνδρῶν.
οὐδὲ μὲν αἰδοίῃ κούρῃ ἅδε ἔργ᾽ Ἀφροδίτης,
Ἱστίῃἣν πρώτην τέκετο Κρόνος ἀγκυλομήτης,
αὖτις δ᾽ ὁπλοτάτηνβουλῇ Διὸς αἰγιόχοιο,
πότνιανἣν ἐμνῶντο Ποσειδάων καὶ Ἀπόλλων:
25 δὲ μαλ᾽ οὐκ ἔθελενἀλλὰ στερεῶς ἀπέειπεν:
ὤμοσε δὲ μέγαν ὅρκον δὴ τετελεσμένος ἐστίν,
ἁψαμένη κεφαλῆς πατρὸς Διὸς αἰγιόχοιο,
παρθένος ἔσσεσθαι πάντ᾽ ἤματαδῖα θεάων.
τῇ δὲ πατὴρ Ζεὺς δῶκε καλὸν γέρας ἀντὶ γάμοιο
30καὶ τε μέσῳ οἴκῳ κατ᾽ ἄρ᾽ ἕζετο πῖαρ ἑλοῦσα.
πᾶσιν δ᾽ ἐν νηοῖσι θεῶν τιμάοχός ἐστι
καὶ παρὰ πᾶσι βροτοῖσι θεῶν πρέσβειρα τέτυκται.
τάων οὐ δύναται πεπιθεῖν φρένας οὐδ᾽ ἀπατῆσαι:
τῶν δ᾽ ἄλλων οὔ πέρ τι πεφυγμένον ἔστ᾽ Ἀφροδίτην
35οὔτε θεῶν μακάρων οὔτε θνητῶν ἀνθρώπων.
καί τε παρὲκ Ζηνὸς νόον ἤγαγε τερπικεραύνου,
ὅστε μέγιστός τ᾽ ἐστὶ μεγίστης τ᾽ ἔμμορε τιμῆς.
καί τε τοῦεὖτ᾽ ἐθέλοιπυκινὰς φρένας ἐξαπαφοῦσα
ῥηιδίως συνέμιξε καταθνητῇσι γυναιξίν,
40Ἥρης ἐκλελαθοῦσακασιγνήτης ἀλόχου τε,
 μέγα εἶδος ἀρίστη ἐν ἀθανάτῃσι θεῇσι.
κυδίστην δ᾽ ἄρα μιν τέκετο Κρόνος ἀγκυλομήτης
μήτηρ τε ῬείηΖεὺς δ᾽ ἄφθιτα μήδεα εἰδὼς
αἰδοίην ἄλοχον ποιήσατο κέδν᾽ εἰδυῖαν.
45τῇ δὲ καὶ αὐτῇ Ζεὺς γλυκὺν ἵμερον ἔμβαλε θυμῷ
ἀνδρὶ καταθνητῷ μιχθήμεναιὄφρα τάχιστα
μηδ᾽ αὐτὴ βροτέης εὐνῆς ἀποεργμένη εἴη,
καί ποτ᾽ ἐπευξαμένη εἴπῃ μετὰ πᾶσι θεοῖσιν
ἡδὺ γελοιήσασαφιλομμειδὴς Ἀφροδίτη,
50ὤς ῥα θεοὺς συνέμιξε καταθνητῇσι γυναιξί,
καί τε καταθνητοὺς υἱεῖς τέκον ἀθανάτοισιν,
ὥς τε θεὰς ἀνέμιξε καταθνητοῖς ἀνθρώποις.
Ἀγχίσεω δ᾽ ἄρα οἱ γλυκὺν ἵμερον ἔμβαλε θυμῷ,
ὃς τότ᾽ ἐν ἀκροπόλοις ὄρεσιν πολυπιδάκου Ἴδης
55βουκολέεσκεν βοῦς δέμας ἀθανάτοισιν ἐοικώς.
τὸν δὴ ἔπειτα ἰδοῦσα φιλομμειδὴς Ἀφροδίτη
ἠράσατ᾽ἔκπαγλος δὲ κατὰ φρένας ἵμερος εἷλεν.
ἐς Κύπρον δ᾽ ἐλθοῦσα θυώδεα νηὸν ἔδυνεν,
ἐς Πάφονἔνθα δέ οἱ τέμενος βωμός τε θυώδης.
60ἐνθ᾽  γ᾽ εἰσελθοῦσα θύρας ἐπέθηκε φαεινάς:
ἔνθα δέ μιν Χάριτες λοῦσαν καὶ χρῖσαν ἐλαίῳ
ἀμβρότῳοἷα θεοὺς ἐπενήνοθεν αἰὲν ἐόντας,
ἀμβροσίῳ ἑδανῷτό ῥά οἱ τεθυωμένον ἦεν.
ἑσσαμένη δ᾽ εὖ πάντα περὶ χροῒ εἵματα καλὰ
65χρυσῷ κοσμηθεῖσα φιλομμειδὴς Ἀφροδίτη
σεύατ᾽ ἐπὶ Τροίης προλιποῦσ᾽ εὐώδεα Κύπρον,
ὕψι μετὰ νέφεσιν ῥίμφα πρήσσουσα κέλευθον.
Ἴδην δ᾽ ἵκανεν πολυπίδακαμητέρα θηρῶν,
βῆ δ᾽ ἰθὺς σταθμοῖο δι᾽ οὔρεοςοἳ δὲ μετ᾽ αὐτὴν
70σαίνοντες πολιοί τε λύκοι χαροποί τε λέοντες,
ἄρκτοι παρδάλιές τε θοαὶ προκάδων ἀκόρητοι
ἤισαν δ᾽ ὁρόωσα μετὰ φρεσὶ τέρπετο θυμὸν
καὶ τοῖς ἐν στήθεσσι βάλ᾽ ἵμερονοἳ δ᾽ ἅμα πάντες
σύνδυο κοιμήσαντο κατὰ σκιόεντας ἐναύλους:
75αὐτὴ δ᾽ ἐς κλισίας εὐποιήτους ἀφίκανε:
τὸν δ᾽ εὗρε σταθμοῖσι λελειμμένον οἶον ἀπ᾽ ἄλλων
Ἀγχίσην ἥρωαθεῶν ἄπο κάλλος ἔχοντα.
οἳ δ᾽ ἅμα βουσὶν ἕποντο νομοὺς κατὰ ποιήεντας
πάντες δὲ σταθμοῖσι λελειμμένος οἶος ἀπ᾽ ἄλλων
80πωλεῖτ᾽ ἔνθα καὶ ἔνθα διαπρύσιον κιθαρίζων.
στῆ δ᾽ αὐτοῦ προπάροιθε Διὸς θυγάτηρ Ἀφροδίτη
παρθένῳ ἀδμήτῃ μέγεθος καὶ εἶδος ὁμοίη,
μή μιν ταρβήσειεν ἐν ὀφθαλμοῖσι νοήσας.
Ἀγχίσης δ᾽ ὁρόων ἐφράζετο θαύμαινέν τε
85εἶδός τε μέγεθός τε καὶ εἵματα σιγαλόεντα.
πέπλόν μὲν γὰρ ἕεστο φαεινότερον πυρὸς αὐγῆς,
καλόνχρύσειονπαμποίκιλονὡς δὲ σελήνη
90στήθεσιν ἀμφ᾽ ἁπαλοῖσιν ἐλάμπετοθαῦμα ἰδέσθαι:
εἶχε δ᾽ ἐπιγναμπτὰς ἕλικας κάλυκάς τε φαεινάς:
ὅρμοι δ᾽ ἀμφ᾽ ἁπαλῇ δειρῇ περικαλλέες ἦσαν.
Ἀγχίσην δ᾽ ἔρος εἷλενἔπος δέ μιν ἀντίον ηὔδα:

χαῖρεἄνασσ᾽ τις μακάρων τάδε δώμαθ᾽ ἱκάνεις,
Ἄρτεμις  Λητὼ ἠὲ χρυσέη Ἀφροδίτη
 Θέμις ἠυγενὴς ἠὲ γλαυκῶπις Ἀθήνη,
95 πού τις Χαρίτων δεῦρ᾽ ἤλυθεςαἵτε θεοῖσι
πᾶσιν ἑταιρίζουσι καὶ ἀθάνατοι καλέονται,
 τις Νυμφάωναἵτ᾽ ἄλσεα καλὰ νέμονται
 Νυμφῶναἳ καλὸν ὄρος τόδε ναιετάουσι
καὶ πηγὰς ποταμῶνκαὶ πίσεα ποιήεντα.
100σοὶ δ᾽ ἐγὼ ἐν σκοπιῇπεριφαινομένῳ ἐνὶ χώρῳ,
βωμὸν ποιήσωῥέξω δέ τοι ἱερὰ καλὰ
ὥρῃσιν πάσῃσισὺ δ᾽ εὔφρονα θυμὸν ἔχουσα
δός με μετὰ Τρώεσσιν ἀριπρεπέ᾽ ἔμμεναι ἄνδρα,
ποίει δ᾽ ἐξοπίσω θαλερὸν γόνοναὐτὰρ ἔμ᾽ αὐτὸν
105δηρὸν ἐὺ ζώειν καὶ ὁρᾶν φάος ἠελίοιο,
ὄλβιον ἐν λαοῖςκαὶ γήραος οὐδὸν ἱκέσθαι.

τὸν δ᾽ ἠμείβετ᾽ ἔπειτα Διὸς θυγάτηρ Ἀφροδίτη:
Ἀγχίσηκύδιστε χαμαιγενέων ἀνθρώπων,
οὔ τίς τοι θεός εἰμιτί μ᾽ ἀθανάτῃσιν ἐίσκεις;
110ἀλλὰ καταθνητή τεγυνὴ δέ με γείνατο μήτηρ.
Ὀτρεὺς δ᾽ ἐστὶ πατὴρ ὀνομακλυτόςεἴ που ἀκούεις,
ὃς πάσης Φρυγίης εὐτειχήτοιο ἀνάσσει.
γλῶσσαν δ᾽ ὑμετέρην τε καὶ ἡμετέρην σάφα οἶδα.
Τρῳὰς γὰρ μεγάρῳ με τροφὸς τρέφεν δὲ διαπρὸ
115σμικρὴν παῖδ᾽ ἀτίταλλεφίλης παρὰ μητρὸς ἑλοῦσα.
ὣς δή τοι γλῶσσάν γε καὶ ὑμετέρην εὖ οἶδα.
νῦν δέ μ᾽ ἀνήρπαξε χρυσόρραπις Ἀργειφόντης
ἐκ χοροῦ Ἀρτέμιδος χρυσηλακάτουκελαδεινῆς.
πολλαὶ δὲ νύμφαι καὶ παρθένοι ἀλφεσίβοιαι
120παίζομενἀμφὶ δ᾽ ὅμιλος ἀπείριτος ἐστεφάνωτο.
ἔνθεν μ᾽ ἥρπαξε χρυσόρραπις Ἀργειφόντης:
πολλὰ δ᾽ ἔπ᾽ ἤγαγεν ἔργα καταθνητῶν ἀνθρώπων,
πολλὴν δ᾽ ἄκληρόν τε καὶ ἄκτιτονἣν διὰ θῆρες
ὠμοφάγοι φοιτῶσι κατὰ σκιόεντας ἐναύλους:
125οὐδὲ ποσὶ ψαύσειν ἐδόκουν φυσιζόου αἴης:
Ἀγχίσεω δέ με φάσκε παραὶ λέχεσιν καλέεσθαι
κουριδίην ἄλοχονσοὶ δ᾽ ἀγλαὰ τέκνα τεκεῖσθαι.
αὐτὰρ ἐπεὶ δὴ δεῖξε καὶ ἔφρασεν τοι  γ᾽ αὖτις
ἀθανάτων μετὰ φῦλ᾽ ἀπέβη κρατὺς Ἀργειφόντης:
130αὐτὰρ ἐγώ σ᾽ ἱκόμηνκρατερὴ δέ μοι ἔπλετ᾽ ἀνάγκη.
ἀλλά σε πρὸς Ζηνὸς γουνάζομαι ἠδὲ τοκήων
ἐσθλῶνοὐ μὲν γάρ κε κακοὶ τοιόνδε τέκοιεν:
ἀδμήτην μ᾽ ἀγαγὼν καὶ ἀπειρήτην φιλότητος
πατρί τε σῷ δεῖξον καὶ μητέρι κέδν᾽ εἰδυίῃ
135σοῖς τε κασιγνήτοιςοἵ τοι ὁμόθεν γεγάασιν.
οὔ σφιν ἀεικελίη νυὸς ἔσσομαιἀλλ᾽ εἰκυῖα.
πέμψαι δ᾽ ἄγγελον ὦκα μετὰ Φρύγας αἰολοπώλους
εἰπεῖν πατρί τ᾽ ἐμῷ καὶ μητέρι κηδομένῃ περ:
οἳ δέ κε τοι χρυσόν τε ἅλις ἐσθῆτά θ᾽ ὑφαντὴν
140πέμψουσινσὺ δὲ πολλὰ καὶ ἀγλαὰ δέχθαι ἄποινα.
ταῦτα δὲ ποιήσας δαίνυ γάμον ἱμερόεντα,
τίμιον ἀνθρώποισι καὶ ἀθανάτοισι θεοῖσιν.
ὣς εἰποῦσα θεὰ γλυκὺν ἵμερον ἔμβαλε θυμῷ.
Ἀγχίσην δ᾽ ἔρος εἷλεν ἔπος τ᾽ ἔφατ᾽ ἔκ τ᾽ ὀνόμαζεν:

145εἰ μὲν θνητή τ᾽ ἐσσιγυνὴ δέ σε γείνατο μήτηρ,
Ὀτρεὺς δ᾽ ἐστὶ πατὴρ ὀνομακλυτόςὡς ἀγορεύεις,
ἀθανάτου δὲ ἕκητι διακτόρου ἐνθάδ᾽ ἱκάνεις
Ἑρμέωἐμὴ δ᾽ ἄλοχος κεκλήσεαι ἤματα πάντα:
οὔ τις ἔπειτα θεῶν οὔτε θνητῶν ἀνθρώπων
150ἐνθάδε με σχήσειπρὶν σῇ φιλότητι μιγῆναι
αὐτίκα νῦνοὐδ᾽ εἴ κεν ἑκηβόλος αὐτὸς Ἀπόλλων
τόξου ἀπ᾽ ἀργυρέου προΐῃ βέλεα στονόεντα.
βουλοίμην κεν ἔπειταγύναι ἐικυῖα θεῇσι,
σῆς εὐνῆς ἐπιβὰς δῦναι δόμον Ἄιδος εἴσω.

155ὣς εἰπὼν λάβε χεῖραφιλομμειδὴς δ᾽ Ἀφροδίτη
ἕρπε μεταστρεφθεῖσα κατ᾽ ὄμματα καλὰ βαλοῦσα
ἐς λέχος εὔστρωτονὅθι περ πάρος ἔσκεν ἄνακτι
χλαίνῃσιν μαλακῇς ἐστρωμένοναὐτὰρ ὕπερθεν
ἄρκτων δέρματ᾽ ἔκειτο βαρυφθόγγων τε λεόντων,
160τοὺς αὐτὸς κατέπεφνεν ἐν οὔρεσιν ὑψηλοῖσιν.
οἳ δ᾽ ἐπεὶ οὖν λεχέων εὐποιήτων ἐπέβησαν,
κόσμον μέν οἱ πρῶτον ἀπὸ χροὸς εἷλε φαεινόν,
πόρπας τε γναμπτάς θ᾽ ἕλικας κάλυκάς τε καὶ ὅρμους.
λῦσε δέ οἱ ζώνην ἰδὲ εἵματα σιγαλόεντα
165ἔκδυε καὶ κατέθηκεν ἐπὶ θρόνου ἀργυροήλου
Ἀγχίσης δ᾽ ἔπειτα θεῶν ἰότητι καὶ αἴσῃ
ἀθανάτῃ παρέλεκτο θεᾷ βροτόςοὐ σάφα εἰδώς.
ἦμος δ᾽ ἂψ εἰς αὖλιν ἀποκλίνουσι νομῆες
βοῦς τε καὶ ἴφια μῆλα νομῶν ἐξ ἀνθεμοέντων:
170τῆμος ἄρ᾽ Ἀγχίσῃ μὲν ἐπὶ γλυκὺν ὕπνον ἔχευε
νήδυμοναὐτὴ δὲ χροῒ ἕννυτο εἵματα καλά.
ἑσσαμένη δ᾽ εὖ πάντα περὶ χροῒ δῖα θεάων
ἔστη πὰρ κλισίῃκεὐποιήτοιο μελάθρου
κῦρε κάρηκάλλος δὲ παρειάων ἀπέλαμπεν
175ἄμβροτονοἷόν τ᾽ ἐστὶν ἐυστεφάνου Κυθερείης,
ἐξ ὕπνου τ᾽ ἀνέγειρεν ἔπος τ᾽ ἔφατ᾽ ἔκ τ᾽ ὀνόμαζεν:

Ἀγχίσηκύδιστε καταθνητῶν ἀνθρώπων,
θάρσειμηδέ τι σῇσι μετὰ φρεσὶ δείδιθι λίην:
οὐ γάρ τοί τι δέος παθέειν κακὸν ἐξ ἐμέθεν γε,
195οὐδ᾽ ἄλλων μακάρωνἐπεὶ  φίλος ἐσσὶ θεοῖσι.
σοὶ δ᾽ ἔσται φίλος υἱόςὃς ἐν Τρώεσσιν ἀνάξει
καὶ παῖδες παίδεσσι διαμπερὲς ἐκγεγάοντες:
τῷ δὲ καὶ Αἰνείας ὄνομ᾽ ἔσσεταιοὕνεκα μ᾽ αἰνὸν
ἔσχεν ἄχοςἕνεκα βροτοῦ ἀνέρος ἔμπεσον εὐνῇ:
200ἀγχίθεοι δὲ μάλιστα καταθνητῶν ἀνθρώπων
αἰεὶ ἀφ᾽ ὑμετέρης γενεῆς εἶδός τε φυήν τε
[...]

[La foto: "Venus and Anchises" Sir William Richmond]

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